Mi amore es muy fan de las pelis de vaqueros así que, cuando en 2010 hicimos una ruta molona por la costa oeste de Estados Unidos, no podíamos saltarnos el parque navajo de Monument Valley. No me hacía especial ilusión pero habíamos ido al Gran Cañón y estábamos cerquita (cerca una leche pero ya pierdes la conciencia de los kilómetros) y reconozco que aluciné como nunca. Si no fuese un pecado decirlo, diría que disfruté incluso más que en el Gran Cañón. Parecía que al doblar cualquier curva te ibas a topar con una diligencia de pioneros perseguidos por pieles rojas con sus caballos y sus flechas.
Clic en las fotos que queráis ver en grande. :)
Era tarde y estábamos prácticamente solos así que podíamos parar el coche donde nos daba la gana e hacer el mónguer en grandes dosis. Eso sí, tragamos más tierra roja que en toda nuestra vida. Alquilar un Mustang para recorrer California tiene mucho encanto guiri macarra pero, amigos, llegados a Arizona y a Utah, no hay necesidad. No sé cómo quedaría el pobre coche por abajo pero en muchos momentos pensé que no nos iban a devolver la fianza.
Ver anochecer en medio de ese paisaje desértico es una experiencia impresionante pero no hagáis como nosotros y os quedéis embobados, que cuando se va el sol de verdad aquello se queda más oscuro que una cueva y no es fácil salir por esos caminos.
¿Experiencias en la zona? ¿Fans de John Ford con ganas de aventura? ¿Os tuvisteis que sacar tierra hasta de los calcetines como yo?
Un beso enorme y feliz fin de semana,
Indara
Recordad que tenéis hasta el martes para participar en uno de nuestros sorteos más especiales: regalar una canción compuesta especialmente para quien queráis. ¡Emoción!
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