El lunes pasado colgué en Instagram la foto del desayuno que nos acabábamos de zampar, uno de los desayunos más especiales y originales que hemos tomado nunca jamás porque se trataba del regalito que hicieron nuestros novios Elena y Jaime en su boda ese mismo fin de semana en el pazo de la Merced.
Os pongo en situación. Tú estás en la boda, son las seis de la mañana y crees que todo el pescado está vendido. Pero vas a despedirte de los novios, y justo cuando te vas te dan una bolsita que desprende un dulce aroma a pan caliente. ¿Las sobras de la cena? ¡No, el desayuno de mañana! Sí, sí, un pedazo de desayuno reconstituyente posboda que todos los invitados se llevaron a casa, delicioso, fresquísimo y todo casero, preparado un ratito antes por Eduardo Pardo, el cocinero del pazo y uno de los mejores chefs de Galicia.
Una magdalena casera de chocolate, unos bollitos de pan con semillas que salieron del horno después de la media noche, un zumo recién preparado de mandarina y mango, una botellita de aceite virgen extra aromatizado por Edu y, para mí el gran hit, una mermelada casera de fresa, limón y vainilla que parece una mezcla un poco rara y está increíble y cuya receta voy a copiar sin piedad.
Éxito total, la mitad fueron devorados directamente en el autobús de vuelta, total, ¿para qué esperar?
Me pedís fotos pero no tengo naaa, os dejo este pequeño adelanto de aperitivo y en Instagram como siempre tres o cuatro fotos en directo. Este finde másss. Ya he adelgazado cuatro kilos, señoras que estáis a dietas, ni Dukan ni pepinos, haceos wedding planners.
¡Un beso grande y felices bodas!
Indara
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