Dicen que cada novia está destinada a un vestido. Que lo ven, se lo prueban y de repente lo saben. Es SU vestido, ya nada los podrá separar. Esto, que es una verdad universal para unas, es una enorme fuente de estrés para otras, que se prueban y se prueban esperando el ansiado flechazo que no llega.
En mi caso, ni una cosa ni otra. Yo tenía flechazo tras flechazo tras flechazo, así que al final terminé eligiendo el vestido que me parecía que pegaba mejor con el entorno y el estilo de boda de quería, dulce y romántica. Yo quería ser princesa, esa es la verdad. Si hubiera tenido una boda más urbanita y minimalista, había uno de piqué con bolsillos que me tenía loca. Y si hubiera sido una boda campestre, otro muy vaporoso de corte griego al que me costó renunciar.
Y chicas, cuantos más vestidos veo, más vestidos quiero. Tendría que casarme tres veces al año hasta los 50 para poner ponérmelos todos. O hasta los 55, porque he descubierto una nueva diseñadora que me tiene fascinada: Rime Arodaky.
Si nada de lo que hay en el circuito de bodas español te acaba de hacer tilín porque quieres algo muy, muy especial, pero eres de las que tiene que verlo hecho para decidirse y no te atreves a hacértelo a medida, es hora de ampliar fronteras. Y, por suerte, París está a la vuelta de la esquina.
Vestidos muy limpios y sencillos, ligeros, vaporosos, dulces, con increíbles espaldas de lo más femeninas y aires bohemios. De esos que parece que en cualquier momento puedes echarte a volar. De hada, pero de hada moderna. Las hadas molan, y yo quiero volar.
Os dejo mis favoritos de la colección de 2013:
¿No os parecen espectaculares? Si andáis en busca y captura del vestido perfecto, no os perdáis su web con las colecciones completas de 2012 y 2013. Y si necesitáis más ideas, aquí, aquí y aquí tenéis más posts sobre vestidos de novia diferentes y originales. ¡Que no sea por inspiración! :)
¡Un beso enorme y feliz viernes!
Indara
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