Siempre le digo a mi hermana que es la persona más DIY que conozco. DIY leído dill, nada de dieiguai. Es DIY desde que nació, cuando éramos muy pequeñas aprendió a tejer y ya descosía los vaqueros para hacerse faldas. Es enfermera, es tres años más pequeña que yo y mil veces más espabilada. Su piso compartido de Madrid está totalmente tuneado, hay blondas en las lámparas, cuadros con telas, cojines estampados, una cama hecha con palés, un somier reconvertido en perchero, cajas de fruta pintadas y hasta un colador en la pared para guardar pulseras y relojes. Juro que nunca vi nada igual. Ella ni tiene blog ni le importa una leche todo esto, lo hace solo porque le encanta y se divierte.
Pero el otro día me quedé alucinada cuando entré por la puerta y vi el árbol de Navidad de ramitas que yo quería hacer. ¡Me has copiado!, le grité. Y se rio de mí porque el árbol llevaba colgado en su salón dos semanas antes de mi post. Corrí a hacerle una mala foto con el móvil para instagram y a todo el mundo le gustó tanto que le prometí volver a Madrid con cámara. Y volví, con cámara pero de noche y sin mi photoshop, así que el resultado de las fotos no le hace mucha justicia. Mola mucho, y cuanto más oscuro, más mola. ¡Y aún encima no se gastó ni un duro la tía!
¿No es una chulada? A lo mejor es amor de hermana pero es que no puede gustarme más. Le he pedido que mañana venga a Coruña y me monte uno en el salón. A ver si cuela…
¡Un beso enorme y feliz miércoles!
Indara
Esta noche haré el sorteo de Interflora así que si aún no te has apuntado, estás a tiempo por los pelos. :)
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